CONAN


 

Hay un lema que he procurado seguir toda mi vida: (más o menos)

“Si tienes que forzarlo, no es de tu talla”.

Esta frase es válida para casi todo, anillos, ropa, amistades, relaciones amorosas, zapatos…

Bueno, para los zapatos no, yo llevaba años flipando porque cada vez tenía que comprarme el calzado de una talla más, el otro día se me ocurrió pillar una cizalla y una radial y cortarme las uñas, ahora puedo volver a ponerme el calzado de hace cinco años, así que si no te entran los zapatos, ya sabes lo que tienes que hacer.

Luego hay otra que me gusta mucho también:

“Manolete, si no sabes torear pa que te metes”.

Esta se la diría a uno que se metió a correr el encierro ya de mayor y a otro que resultó tener 45 Malamutes en el culo, pero esa historia ya os la contaré otro día, como la otra frase, también me la puedo aplicar a mi mismo, si lo tuyo es hacer el mono, para que cojones te pones a escribir en serio…

Siempre os cuento historias en las que salgo yo haciendo el cabrón, pero si me pongo a pensar, quizás también he hecho cosas buenas en la vida, porque ser héroe o villano hay veces que es sólo cuestión de las circustáncias, se me ocurre alguna en la que incluso puedes ser las dos cosas a la vez…

Os voy a contar una de esas.

En aquella época vivía en Larrayoz, una noche volvíamos de Pamplona de madrugada, en la furgoneta íbamos mi novia y yo, llevábamos una castaña de agarrate que hay curva, era invierno y estaba lloviendo a cántaros, pasando Aizoain hay una recta de un par de km que acaba en dos curvas en S, en ese tramo no hay ni una triste farola, así que no se veía un pijo, al llegar a la curva saltó un tío del arcén y casi lo atropello, di un frenazo y abrí la ventanilla.

-“¡¡¡Pero tío, ¿tú estás loco?!!!

Le grité.

-“Ayudadme por favor, hemos tenido un accidente y mis amigos están dentro del coche y no los puedo sacar”

Dijo el chaval, que estaba hecho un flan y completamente desorientado.

Le hice apartarse y puse la furgoneta un poco antes de la curva con las luces de avería en medio de la carretera porque en ese tramo tampoco hay arcén, en ese momento llegó otro coche con un chaval sólo, le contamos la película y decidimos ir a sacarlos del coche.

Mirando hacia donde se suponía que estaba el coche, a lo lejos en el campo se veía una luz muy tenue, así que yo tiré en línea recta hacia allí con los demás siguiéndome, al ir a saltar la cuneta, me resbalé en la hierba y acabé metido en el agua hasta el ombligo,eso me pasa por ir de héroe por la vida…

Mira a ver, Conan, que me parece que se te ha caído la espada…

Mi novia y los dos chavales estaban al borde de la carretera mirándome con cara de sorpresa.

-“¿Qué haces? Me preguntó ella

-“Que tenía calor y me voy a hacer unos largos en la cuneta”, no te jode.

Para no acabar todos allí metidos, se fueron bordeando la carretera hasta que encontraron un sitio más fácil para entrar al campo, yo trepé por el ribazo que estaba lleno de barro y como estaba en línea recta, llegué el primero al coche.

Era un Volkswagen Corrado y estaba con las ruedas para arriba, por lo que nos contó el chaval, se lo habían dejado para probar, y en la curva en S se habían salido y habían llegado hasta allí dando vueltas de campana.

Mi chica llamó al 112, mientras, las luces del coche seguían encendidas y había un olor a gasolina de la hostia, sin pensármelo dos veces, me puse a gatas y me metí dentro a apagar las luces, los de fuera me gritaban que saliera que con la gasolina podía explotar, pero ya que estaba allí eché un vistazo a los que estaban dentro, no se veía ni hostias y no estaba la cosa para encender un mechero, los tíos estaban inconscientes (o muertos) así que trinqué al primero que pillé del pescuezo y arrastrando lo saqué del coche, entre mi novia y el otro tío lo arrastraron unos metros para alejarlo del peligro.

Me volví a meter, el segundo tío estaba enganchado con el cinturón y tenía la cara llena de sangre, , mientras intentaba quitárselo se despertó y se puso a moverse y a gritar que le dolía mucho la espalda, yo no tengo ni puta idea de primeros auxilios, pero lo primero que se me ocurrió fue darle una hostia para que se estuviera quieto, pero por fortuna recordé que eso se les hace a los que se están ahogando para que no te ahoguen a ti y no se la dí…

Lo que siempre he oído es que después de un accidente es mejor no mover a los heridos, así que lo trinqué fuerte de los hombros impidiéndole moverse mientras le hablaba para intentar tranquilizarlo.

La cosa surtió efecto, a lo lejos ya se oían las sirenas de los equipos de emergencias que venían, los primeros que llegaron fueron los de la ambulancia, uno se metió al lado mía diciendo que era médico y me echó del coche a empujones, por un momento pensé en volver a la cuneta a por la espada y cortarle la cabeza, pero en ese momento empezó a llegar más gente, policía Foral y bomberos…

Al ponerme de pie estaban todos iluminando la escena con linternas, a mi no se me había pasado el pedo que llevaba y supongo que tenía la misma pinta que Schwarzenegger en la peli esa que le persigue Predator por la selva, lleno de barro hasta los ojos, un policía Foral me cogió del brazo y me dijo:

.”¿Vosotros sois los que habéis llamado?

-“Si señor Agente”

-“¿Has bebido algo?”

-“Creo que no he dejado nada, señor Agente”

-“Montaros en la furgoneta y largaros de aquí ante de que llegue la Guardia Civil que están en camino”

Atravesamos el campo y con cuidado saltamos a la carretera, aquello estaba lleno de coches con sirenas de todos los colores, así que silbando y haciéndonos los despistados nos montamos en la furgo y nos largamos…

Esta es la historia de lo que pasó, de repente sin comerlo ni beberlo te ves en una situación en la que te conviertes en un héroe anónimo, nadie me ha dado jamás las gracias por aquello, exceptuando el Foral, que vio que era injusto que después de ayudar a aquellos chavales acabara en el cuartelillo por alcoholemia.

La historia podía haber acabado de manera muy diferente si la furgoneta no hubiera tenido tan buenos frenos o yo tan buenos reflejos y podía haber empezado así…

Hoy os voy a contar aquella vez que maté a uno en la carretera yendo todo ciego…

Héroe o villano, o las dos cosas a la vez.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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