Los Pichones, El Búho Patxi y La Oveja


 

Me gusta escribir, hoy estaba recordando como empecé, pero esa primera historia no la tengo, así que os la voy a contar porque es muy cortita.


LOS PICHONES


Trabajaba de jardinero y aquel día estábamos cortando un árbol gigante en las piscinas de Alpicat, mi jefe había alquilado un camión con cesta para cortarlo porque hay que empezar desde arriba cortando la copa e ir cortando todas las ramas y el tronco a pedazos hasta que llegas al suelo.

Yo estaba debajo recogiendo las ramas que caían y las iba metiendo en un camión, cuando en el suelo me encontré dos pajaritos tirados y un poco mas allá, el nido.

No sé que pájaros eran porque no tenían ni plumas pero yo creo que eran pichones de paloma.

Me dieron tanta pena allí tirados que los recogí con el nido, busqué un árbol pequeño y los dejé allí para que los pudiera ver la madre.

Al mediodía fui a verlos pero el nido estaba vacío, así que en mi ignorancia pensé que su madre los habría trasladado a otra parte.

Al bajar mi compañero de la cesta le comenté el asunto y me dijo.

-”Hace un rato ha venido un gato y se los ha llevado”.

Volví al nido y efectivamente había rastros de sangre y por el jardín un rastro de plumas.

Puede parecer una tontería, pero aquello me afectó mogollón, al llegar a casa encendí el ordenador y sin pensarlo escribí la historia y la publiqué en Faceboock.

Esa fue la primera que escribí, unos días después me pasó otra que también escribí y la tengo, así que voy a hacer un copia y pega.


EL BUHO PATXI.


Era Noviembre y volvía a casa de noche por una carretera secundaria y algo golpeó en la ventanilla de mi coche.

Para cuando paré ya estaba lejos, así que me bajé y fui andando hacia el, el bicho estaba en medio de la carretera, pero venía otro coche a toda velocidad y le pasó por encima con mucho revuelo de plumas, (yo aún no sabía lo que era).

Cuando llegué donde estaba, resultó que era un búho.

¡Y estaba vivo!.

Lo llamé Patxi, porque solo un vasco puede sobrevivir a dos accidentes como esos seguidos.

Al llegar a casa, lo metí en una caja y a la mañana siguiente estaba el tío tan campante, así que lo llevé a donde me lo había encontrado y lo solté.

Se elevó dos metros, cayó en picado y se estrelló contra el suelo.

Joder Patxi, a ver si pones un poco mas de tu parte porque así no vamos bien.

Resulta que era una cría y no sabía volar, así que vuelta para casa en la caja.

Lo tuve tres días pero no fui capaz de hacerle comer ni beber nada.

Eso si, el tío me miraba atentamente con los ojos como platos.

Al final lo llevé a un centro de recuperación de aves y me dijeron que era una especie protegida.

Hace poco me llegó una carta de la Generalitat dándome las gracias y diciendo que lo habían reintroducido en su hábitat.

Pocos día después me volvió a pasar una historia con un animal y es la tercera que escribí pero no la tengo, así que voy a hacer memoria y os la cuento.


LA OVEJA


Era el mes de Diciembre y al salir de currar me fui a echar unas cervezas con los compañeros de trabajo, en medio del campo enfrente del bar había una oveja muerta patas arriba hinchada como un globo.

Lejos, al otro lado del campo estaba el pastor que era amigo mio, así que fui a avisarle y de paso echar un vistazo al bicho.

Cuando estaba llegando a la altura de la oveja aparece una chica que estaba paseando a dos perros y le pone la mano en la panza y me dice que la oveja aún estaba caliente y que tenía algo palpitando dentro.

Yo miré a la oveja y tenía los ojos abiertos, la lengua morada fuera de la boca y un hilillo de sangre saliendo de la vagina, así que la toqué y estaba templada y no palpitaba, estaba muerta.

Entonces la chica medio histérica me dice que si palpitaba es porque estaba preñada y tenía el cordero dentro vivo y le teníamos que ayudar.

Yo siempre llevaba una navaja pequeña encima para el campo, así que abriéndola se la di diciéndole:

-”Tu misma”.

La chica coge la navaja y se pone a hacerle cosquillas en la tripa de la oveja, así que le digo:

-”Como no apretes mas…”.

La chica de rodillas en el suelo me mira con cara de pena ofreciéndome la navaja, así que sin pensarlo mucho, la cojo, me agacho, y le doy un tajo en el coño hacia la tripa.

Ella se pone a gritar:

-”¡¡¡Ahí está, cógelo, cógelo!!!.”

El olor era nauseabundo, yo me estaba mareando y era todo muy surrealista, así que sin pensarlo mucho de nuevo, meto la mano y me pongo a buscar allí dentro.

Yo de lo que tienen las ovejas dentro sé mas bien poco, por no decir nada, pero agarré algo redondo que había allí dentro y estiré.

Por lo que sucedió a continuación deduzco que lo que había agarrado no era un cordero sino el estómago hinchado de la oveja y al estirar de el reventó como un grano de pus gigante y me salpicó el brazo, el pecho y toda la cara de una mezcla de hierba podrida con líquido nauseabundo.

Del asco que me dio me puse a vomitar y me fui corriendo hacia el bar a limpiarme al baño, al salir la chica estaba esperándome fuera con una sonrisa traviesa entre la vergüenza y la diversión.

-”Me llamo Natalia ¿y tu?.

-”Yo me llamo Pedro”.

Estuvimos un momento hablando porque yo solo quería irme a mi casa a tirarme de cabeza dentro de un cubo de lejía, ni una cerveza me tomé.

Unos días después al llegar a casa mi perro Beltza se había enganchado la ingle con una valla al intentar escaparse y tenía un agujero que le cabía mi puño y se le veían todos los tendones y las cosas de dentro.

Lo monté en el coche y al llegar al veterinario, me encuentro en la puerta con Natalia.

Resulta que la chica era voluntaria de una protectora de animales y aquel veterinario era al que llevaban todos los perros.

Natalia entró conmigo y gracias a la anécdota de la oveja, la operación del perro me salió a mitad de precio y aún así pagué 250 euros.

Natalia era de Barcelona y se volvió a su casa y aunque durante un tiempo mantuvimos el contacto, no surgió el amor.

Visto en perspectiva, mejor así, porque si al minuto de conocernos ya me había convencido para meter el brazo hasta el codo en el útero de una oveja muerta, no quiero ni pensar lo que habría sido de mi al lado de una pervertida como esa.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

(La foto que adjunto es de Patxi de verdad)

Comentarios

  1. Eres un imán de anécdotas 😂😂

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  2. Es verdad, tengo muchas...
    Tengo otra escrita.
    🤣🤣🤣

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  3. Mi hermano me contaba ayer que el domingo se estrelló un halcón contra su moto y se mató.
    A todo el mundo le pasan cosas, pero yo las escribo ...😄😄

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