Sexo, Drogas y Rock´nRoll
Quien iba a decir que Iñigo Errejón es un depredador sexual con la cara de buen chico que tiene, esto no hace mas que reafirmarme en mi idea de que el aspecto físico no importa, los monstruos van por dentro.
Yo monstruo igual no, pero un poco golfo si he sido y aquí tenéis una historia que lo demuestra, hoy me he levantado con el cuerpo jotero y me apetece contaros una historia golfa, no os acostumbréis porque de éstas no pienso publicar muchas aquí, el que las quiera leer primero tendrá que pasar por caja, porque me he enterado que hay gente que se gana la vida escribiendo, ya ves tú que pringaos, con lo bonito que es montar pladur dejándote la salud a diario por un sueldo…
A esta batallita la voy a titular Sexo, Drogas y Rockn¨Roll.
A principios de años los 2000 se casó mi prima, era un sábado y estaba lloviendo a cántaros, la boda fue en la catedral y el convite en el Iruña Park, yo iba hecho un pincel con mi traje y mi corbata, perdidas en mis bolsillos, un muestrario de bolsitas de todos los colores, como procede para ir a una boda.
La boda fue muy divertida, yo acababa de salir de una relación, (que raro),así que me dediqué toda la noche a tirarle los tejos a una camarera que estaba como un queso (todas las demás chicas eran de mi familia y no es plan), al acabar el baile eran las 3 de la mañana y entre todos los invitados no había encontrado a nadie que compartiera mis bonitas aficiones, así que intenté convencer a la camarera para que se viniera conmigo a golfear por ahí, pero ella me dio un papel con su tfno y me dijo que si quería la llamara otro día, que estaba cansada y se iba para casa, antes de irme me dijo:
-"Estoy segura de que no me vas a llamar".
Yo había dejado la camioneta en Barañain y al salir del hotel seguía lloviendo, mis hermanos intentaron llevarme a casa pero yo estaba muy agusto y no tenía ninguna intención de cortarme el rollo, así que me abandonaron y me quedé sólo en la cornisa del hotel decidiendo mi siguiente movimiento, a lo lejos vi las luces del Mas&Mas, hice el pito pito colorito entre la colección de bolsitas y me salió la de MDA, así que le dí un tiento y me fui pallí revoloteando como una polilla hacia una bombilla.
Ese día había una fiesta de universitarios/as, al llegar a la puerta yo ya iba todo cariñoso, así que compré la entrada, le dí un abrazo al portero y le intenté dar dos besos, pero el cabrón me hizo la cobra y me empujó por las escaleras abajo.
Aquello había cambiado mucho desde la última vez que había estado, al bajar las escaleras habían hecho un túnel a la izquierda que comunicaba con la barra de dentro, así que entré allí y me fui a la barra a pedir un cubata.
La camarera era un bombón y entre que yo con traje y corbata gano mucho y encima estaba salsero perdido, la estuve haciendo reir un rato (no hagáis caso de eso que dicen de que si las haces reir follas seguro, si fuera así yo estaría todo el día hincándola y no es el caso).
Yo estaba con el pico y la pala currándome a la camarera, en la otra esquina de la barra había un pijillo de esos de jersey sobre los hombros, rubito, con flequillo sobre sus ojos claros, el típico guaperas de discoteca que no me quitaba la vista de encima, al final se me acerca y me dice con retintín:
-“¿Te gusta la camarera?”
-“Mucho, esta tremenda”
-“Pues es mi novia”
“Mira tú que bien, pues como tenga una hermana gemela tú y yo vamos a ser cuñados”
El tío no estaba muy receptivo a los chistes, así que llamé a la camarera y les invité a un chupito a los dos para relajar un poco el ambiente, luego estuve un rato hablando con él, me contaba que se pegaba todas las noches que trabajaba su novia allí vigilando para espantarle los moscones, (tú si que sabes disfrutar del fin de semana chavalote), la chica seguro que estaba encantada de tenerlo allí como una mosca cojonera…
Estábamos allí tan ricamente cuando dos tíos que estaban al lado nuestro empezaron a gritarse y a darse empujones, a mi no me apetecía nada que hubiera una pelea con lo bien que estaba, así que me metí en medio y les dije:
-“Venga chavales, no os peleéis, os invito a un chupito”
Uno de ellos se dio la vuelta y se fue, pero el otro me aceptó el chupito, así que pedí una ronda para los cuatro, (a la camarera no la pensaba soltar aunque estuviera allí el vigilante de la playa).
Brindamos y el tío dejó el vaso en la barra y se puso a bailar, yo me dí la vuelta para dejar también mi vaso, entonces él dio un salto en el aire por mi espalda y con el codo me dio una hostia en el cuello.
A traición.
Yo ahora practico una bonita religión que me acabo de inventar y que se llama Pedrooommmmm, basada en la no violencia y en el amor libre, y en la cual yo soy Dios y los demás estáis en el mundo para adorarme, aprovecho la ocasión para decir que estoy buscando unos cuantos gilipollas que me donen todos sus bienes y media docena de sacerdotisas (para empezar), ya podéis mandarme los curriculum con foto y relación de bienes (abstenerse pobres y feas), aunque pensándolo bien, seguro que ya hay algún Judas pensando en crucificarme…
No sé, esto ya lo miraremos mas despacio porque la idea es cojonuda, parece mentira que no se le haya ocurrido nunca a nadie.
Bueno, que me estoy torciendo, como decía, ahora soy mucho de poner la otra mejilla, pero por aquellos entonces era más del ojo por ojo, así que como el codazo me había dolido, le dí fuerte y en el morro.
El tío salió despedido, rebotó contra la pared y se quedó allí mirándome con el labio sangrando y mirada asesina, aunque pueda parecer lo contrario yo no estaba ni enfadado, (es lo que tiene la química) así que me acerqué a él y le dije:
-“Mira tío, no me apetece nada pelear, así que tú mismo, si quieres nos damos de hostias pero yo prefiero que me invites tú a un chupito y luego yo te invito a una raya y santaspascuas”
La hostia le debía haber dolido, porque aceptó en seguida el trato.
Al ir otra vez a la barra la camarera me miraba con una sonrisa de oreja a oreja porque había visto toda la jugada en primera fila, al sonido de las tortas el novio se había vuelto a su atalaya de vigilancia en la otra esquina de la barra y estaba haciéndose el despistado contando los focos del techo, supongo que pensando que si me hubiera apretado un poco más las tuercas la hostia que le había pasado rozando y despeinado el flequillo podía haber sido para él…
Nos tomamos el chupito y luego nos fuimos al baño a cumplir la segunda parte del trato, nos encerramos en un cagadero y como me había dejado la chaqueta del traje en la barra él me dejó una cartera y una tarjeta.
Yo me puse a trabajar, el tío estaba muy callado y le había cambiado por completo la expresión de la cara, se le había puesto una sonrisa lobuna y una cara de hijoputa que tiraba de espaldas, con la mirada me señalaba la tarjeta…
Miré la tarjeta que tenía en la mano y ponía:
MINISTERIO DEL INTERIOR,GUARDIA CIVIL.
Se abrió un poco la chaqueta y me enseñó la pipa que llevaba en el sobaco, a mi se me congeló la sangre en las venas, menuda puntería Pedro, la discoteca llena y le has ido a meter al picoleto…
-“¿Eres Picoleto?”
-“Si, y ahí fuera me has dado una hostia”
Yo empecé a balbucear excusas sin sentido:
“Pero si te he dado sin querer” y tonterías por el estilo, ya os podeis imaginar donde me veía yo, con los bolsillos llenos de bolsitas de colores y habiéndole pegado a un agente del orden y la ley…
Otra vez.
Nos metimos la raya y en ese momento empezaron a aporrear la puerta, era el portero diciendo que habían cerrado la disco y nos teníamos que ir, al salir fui a la barra a por la chaqueta del traje, de la camarera y su sombra cojonera no había ni rastro.
El picoleto no se separaba de mi lado.
Subiendo las escaleras intenté despedirme de él diciéndole que me tenía que ir para casa, que mi mujer y mis hijos estarían preocupados, pero me agarró del brazo y me dijo:
“Tú te vienes conmigo”
En la calle no había nadie (yo pensaba ver varios coches de policía esperándome) y echamos a andar, y le pregunté:
-“¿A dónde vamos?”
“Al Factory, que tengo un par de amigas esperándonos allí”
El tío era un asqueroso, por el camino iba insultando y amenazando a toda la gente que nos íbamos cruzando, yo sopesaba mis opciones de fuga, pero con el ciego que llevaba no era plan de echar a correr, además el tío tenía una pistola y no me apetecía nada que hiciera tiro al blanco con mi espalda, llámame maniático si quieres.
Al llegar al bar me presentó a sus amigas,para que os hagáis una idea de cómo eran, si tecleas en Google Images la palabra PUTA, salen sus fotos, nos quedamos al lado de la puerta, nos quitamos la chaqueta, pedimos un cubata y me dice:
“Tira para el baño”
“Toma la bolsa, id vosotros que a mí ahora no me apetece”
Se fueron para el baño, había cola y se quedaron en la puerta esperando y sin dejar de vigilarme, en ese momento se me acerca un chaval amigo de los dueños al que conocía de vista y me dice:
“Hola, ¿que haces con ese picoleto?
“¿Picoleto, que picoleto?
“Ese que ha venido contigo es picoleto, la semana pasada vino aquí y en la puerta nos puso a todos contra la pared y nos quitó todo lo que llevábamos”
Yo me hice el sorprendido (no me voy a poner a contarle toda la película a un tío que conocía de vista con el jaleo y la música del bar):
“No jodas, yo lo acabo de conocer en el Mas&Mas”
“Pues ten cuidado con quien te juntas”, me dijo él.
En ese momento el picoleto y sus amigas se metieron en el baño, así que pagué los cubatas a toda prisa y le dije al chaval que estaba hablando conmigo:
“¿Bebes ron?”
“¿Qué?”
“Que si te gusta el ron”
“Si”
Le puse el cubata en la mano y le dije:
”Te lo regalo”
Cogí la chaqueta y salí de allí por patas, no sé muy bien para donde fui, pero me encontré con una parada de taxi, con el ciego, la carrera y la alegría de la fuga de alcatraz, montarme fue una mezcla entre pillar un taxi y un abordaje pirata,.
Cuando estaba dentro le grité al taxista:
“¡¡¡Siga a ese coche!!!”
“¿Qué?
“Que me lleves a Barañain, que me he liao”
Entre pitos y flautas se había hecho de día, así que fui a la cafetería de unos amigos míos a desayunar, la barra estaba llena de policías municipales con los que casualmente en fechas recientes había tenido un juicio y habían declarado todos en mi contra, (el juicio lo gané, no sabéis lo bien invertido que está el dinero en un buen abogado, pero ésta historia ya la contaré otro día).
Con muy buen criterio mi amigo me echó a patadas del bar antes de que me metiera en más líos, así que cogí mi camioneta y me fui a mi casa a tener un infarto en la tranquilidad del hogar.
Yo vivía en Mendillorri, y a la semana siguiente iba un día a media mañana a Barañain y paré a desayunar en el Etxebe en San Juan, pedí un Martini y una croqueta (el auténtico desayuno de los campeones, el Colacao es para nenazas), al lado mía había un tío tomando un café, me mira y me dice:
“Hola colega”
Era el picoleto.
La madre que me parió.
El tío cogió el café y se sentó al lado mío, estaba muy modosito y me hablaba como a un viejo colega al que hace tiempo que no has visto:
“¿Qué hiciste el otro dia?, no veas que fiesta nos montamos en casa de mis amigas los tres, que pena que no estuvieras, gracias por la bolsa”
“Pues si que es pena, sí, pero me puse malo y me fui para mi casa en Tudela”
Me estuvo contando que estaba metido en líos gordos, que lo estaban investigando sus propios compañeros (asuntos internos supongo) porque les pegaba el palo a los camellos y se quedaba la droga, que estaba pensando en dejar el cuerpo e irse a trabajar de segurata a una disco de Madrid.
Mientras le escuchaba yo pensaba:
“Ojalá te fusilen al amanecer y sin venda en los ojos, hijo de puta,”
Metí la croqueta dentro del Martini, lo revolví con una cucharilla y me lo bebí todo de un trago y sin masticar.
Le dije que me tenía que ir porque trabajaba vendiendo lavadoras en Estella, el me pidió el tfno para llamarme algún día e irnos de fiesta con sus amigas, le dí un nombre y un número falsos…
(Esta relación no tenía ningún futuro, joder, si no había hecho más que contarle mentiras desde que nos habíamos conocido).
Afortunadamente jamás lo he vuelto a ver, con su historial lo mismo lo ascendieron a Capitán General de los Ejércitos de Tierra de este país de mierda (no te extrañe, no tenéis más que ver el telediario), a la camarera y su perro fiel tampoco los volví a ver, el papel con el número de la camarera del Iruña Park lo perdí, así que tenía razón, no la llamé.
Pero no me pena nada, porque me dijo que entre semana era peluquera, y las peluqueras son todas muy mala gente (me acabo de ganar varias collejas con el chiste),
Habrá algún/a listillo/a que diga que esta historia no tiene nada que ver con el título que le he puesto, pues no estoy de acuerdo, drogas había para parar un tren (si hasta me sobraron), de la música no me acuerdo, así que prefiero pensar que era rock¨roll antes que chunda chunda…
Y si te parece poco sexo tener a un picoleto toda la noche dándote por el culo.
Y colorín colorado,éste cuento se ha acabado.

Puto Pedro🤣🤣🤣siempre has tenido buen ojo🤣🤣solo comentaré que te van a llover collejas como puños💇🏻♀️🤣🤣da gusto empezar el día riendo👏🏼👏🏼
ResponderEliminarYo ahora ya sólo estoy para que me cuiden y comer sopas Nere, pero hubo un tiempo en que la vida era pura aventura...🤣🤣🤣🤣
ResponderEliminarA ver si escribo la de la oreja negra que hablamos el otro día que es muy buena también.
ResponderEliminar😛😛😛