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Mostrando entradas de noviembre, 2024

El cachorro

 Esta historia no es mía pero me ha gustado tanto que la voy a publicar aquí. Un granjero tenía unos cachorros para vender, así que hizo un cartel anunciando a los cuatro cachorros y fue a clavarlo a un poste en el borde de su patio. Mientras estaba clavando el último clavo, sintió un tirón de su camisa.  Miró hacia abajo para ver a un niño pequeño. "Señor", dijo el chico, "Quiero comprar uno de sus cachorros. " El agricultor se limpió el sudor de su frente y respondió: "Bueno, estos cachorros vienen de buen estado y cuestan bastante. " El chico bajó la cabeza por un momento. Entonces, cavando en su bolsillo, sacó un puñado de monedas y se lo sostuvo al granjero. "Tengo treinta y nueve centavos. ¿Es suficiente para echar un vistazo? " El granjero sonrió y dijo: "Claro. Silbó, gritando, "¡Aquí, Dolly! " Dolly salió corriendo de la casa del perro, seguida por cuatro pequeños cachorros. El chico presionó su cara contra la cerca, los o...

Suerte

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  Yo siempre he tenido suerte, así en general, claro que me pasaban cosas malas como a todo el mundo, pero al final acababan de la mejor manera posible. Para que tengáis una idea de a lo que me refiero con suerte, os voy a contar un par de historias breves. Hace mil años y un día (o más) vivía en Larrayoz, cerca de Pamplona y me dedicaba al mundo de la farándula (también montaba pladur en mis ratos libres) y me había comprado un Opel Kadet GT antiguo, tenía 4 velocidades y en tercera se ponía a 180, de serie traía los asientos Recaro y el volante Momo (el que entienda de coches sabrá que era un puto pepino, viejo, pero pepino). Ese día veníamos de mi casa un amigo y yo de farandulear (joder que difícil me resulta siempre explicar el MAL sin contar los detalles), el caso es que veníamos con el coche cargado y la nariz no te quiero ni contar. Ahora todo aquello está muy cambiado, lleno de rotondas y pasos elevados de esos que te hacen frenar, pero entonces era una carretera estr...

Raquel.

  Por si alguien se había hecho ilusiones, tengo malas noticias… No me he muerto. (Ni lo pienso volver a hacer) Es posible que nadie se haya preguntado porqué hace tiempo que no comparto mi sabiduría con vosotr@s (aunque yo sé de un par ó tres personas que lo han echado de menos) y os podría decir que no he escrito nada porque me quedé sin historias para contar, pero no fue por eso que dejé de escribir. Para nada. También os podría decir que fue porque he ido perdiendo el interés, y algo de eso hay, la verdad es que me cuesta mantener la atención en algo durante mucho tiempo seguido, pero tampoco fue por eso. Que va… La verdadera razón por la que que no escribo es porque hace un tiempo se me ocurrió meterme en una página literaria en Faceboock. Tenía 17.000 miembros y la gente publicaba sus escritos y los demás lo comentaban y si les parecía bien le daban al me gusta. La mayoría de lo que publicaban eran auténticas gilipolleces, algunas publicaciones eran copia y pega ...