Raquel.
Por si alguien se había hecho ilusiones, tengo malas noticias…
No me he muerto. (Ni lo pienso volver a hacer)
Es posible que nadie se haya preguntado porqué hace tiempo que no comparto mi sabiduría con vosotr@s (aunque yo sé de un par ó tres personas que lo han echado de menos) y os podría decir que no he escrito nada porque me quedé sin historias para contar, pero no fue por eso que dejé de escribir.
Para nada.
También os podría decir que fue porque he ido perdiendo el interés, y algo de eso hay, la verdad es que me cuesta mantener la atención en algo durante mucho tiempo seguido, pero tampoco fue por eso.
Que va…
La verdadera razón por la que que no escribo es porque hace un tiempo se me ocurrió meterme en una página literaria en Faceboock.
Tenía 17.000 miembros y la gente publicaba sus escritos y los demás lo comentaban y si les parecía bien le daban al me gusta.
La mayoría de lo que publicaban eran auténticas gilipolleces, algunas publicaciones eran copia y pega de libros de autores famosos, pero aún así la que menos tenía 500 me gusta…
Yo, muy ufano, publiqué la última historia que había escrito, una semana después no tenía ni un me gusta, ni un triste comentario…
Ni siquiera malo.
Aquello me jodió mucho.
Cuando vivía en Lleida salía con una chica que era muy fan de mis escritos, pero siempre me criticaba diciendo que me gustaba en exceso que la gente me hiciera la pelota cuando leían mis historias.
No te jode, a ver si te crees que Cervantes se pasó mil horas escribiendo para que lo leyeran 20 personas, si hubiese sido así, para rato tendríais El Quijote, ni Sancho Panza, ni Dulcinea, ni los molinos de los cojones...
Si escribes es para que lo lea la mayor cantidad de gente, y a ser posible, que paguen.
Pero no es el caso, y eso me hizo replantearme el asunto, así que decidí dejar de escribir y que os den por culo a todos, yo siempre he sido un poco como los críos, pues ahora me enfado y te jodes que me voy a la cama sin cenar, ( y encima no respiro).
Pero lo que no estaba teniendo en cuenta es que me estaba jodiendo a mí mismo, porque escribir me gusta más que a un tonto un lápiz, y a los de la página esa de literatura que les jodan, no está hecha la miel de la abeja para tu boca, so cerdo, (o como se diga).
Así que aquí estoy otra vez, y como las cosas hay que hacerlas a lo grande, (aunque lo vayan a leer 20 personas) os voy a contar una historia de amor, porque al fin y al cabo, dime de qué presumes, y te diré de que careces…
Esta historia empieza en fiestas de Barañain en 1982, yo tenía 15 años y las colesteronas ebulliciendo a 100 grados, estaba con un amigo en los autos de choque que por aquellos entonces los ponían en un descampado en lo que hoy es la plaza de la iglesia a la entrada del pueblo, (si lo pienso bien, por aquellos entonces Barañain entero era un descampado).
Por allí revoloteando andaban dos chicas de más o menos nuestra edad que no eran del pueblo, después de un rato de miraditas y risitas tontas se fueron andando por la acera y nosotros detrás de ellas diciéndoles cosas, (en este mundo enfermo hoy saldríamos en la Sexta como acosadores).
Las muchachas estaban receptivas así que al final acabamos hablando con ellas y quedamos para ver los fuegos después de cenar.
Últimamente sale mucho en la tele el asunto este del botellón y parece que fuera un fenómeno nuevo, pero es más viejo que la tos, lo que pasa es que antes no había ni supermercados ni teníamos dinero así que lo que hacíamos era asaltar el mueble bar de casa sin que se notara.
Cogíamos las botellas más raras que encontrábamos, aquella noche en concreto creo que nos bebimos una botella de Licor 43, una de ginebra Larios y otra de licor de café
Cuando nuestro pequeño cerebro estaba convenientemente dopado, decidimos pasar al ataque, pero como mi colega y yo no conseguíamos ponernos de acuerdo en cual de las chicas nos tocaba a cada uno, lo echamos a cara o cruz…
Por una vez en la vida tuve suerte porque me tocó la que me gustaba, (creo) con esa edad las cosas son muy fáciles y el asunto acabó en el pueblo viejo en un frenesí de amor adoleciente, revolcándonos en la hierba y poniendo en práctica lo que hasta ese día no había sido mas que una teoría manual…
Al día siguiente éramos novios de los de ir agarrados de la mano por el mundo, las fiestas de Barañain siempre son los últimos días de Junio y así fueron las cosas hasta Sanfermín.
El día 6 de Julio quedamos en San Nicolás pronto por la mañana para ir al Txupinazo, cual fue mi sorpresa al ver aparecer a mi amada novia agarrada de la mano de un tío mayor de pelo muy corto (más tarde me enteré que era uno de 20 años que estaba haciendo la mili en Pamplona) y que venía sólo para decirme que lo nuestro se había acabado y se había enamorado de otro…
Por lo menos tuvo la decencia de venir a decírmelo, aunque ese día aprendí que hay cosas que es mejor no saber.
Su amiga seguía saliendo con mi amigo, así que esas fiestas me las pasé en una borrachera eterna con aquella tipa a mi lado para recordarme el fracaso del gran amor de mi vida de ese momento.
El último día de Sanfermín aparecieron de nuevo las dos como si nada hubiese pasado, como si no me hubiese roto el corazón en mil pedazos (algunos todavía no los he encontrado), y me hubiera hecho pasar las peores fiestas de mi vida.
La amiga me intentó convencer de que al final se había dado cuenta de que el que le gustaba de verdad era yo, pero a mi aquello me olía a chamusquina y no le dirigí la palabra en toda la tarde.
Por la noche fuimos a ver los fuegos artificiales a la Vuelta del Castillo y estando sentados en la hierba aparecieron una cuadrilla de gitanos con navajas y nos quitaron todo lo que llevábamos en los bolsilllos.
Ella estaba sentada a mi lado y con los gitanos apuntándonos con las navajas me agarró de la mano y así estuvimos el resto de la noche, renovado nuestro amor por un atraco y mirándonos a los ojos intentando no romper la magia con demasiadas palabras…
Cuando nos despedimos por la mañana en la parada del autobús me dijo que se iba a pasar el verano al pueblo y que ya se pondría en contacto conmigo.
Era mentira, en aquella época no había móviles y no tenía forma de localizarla, su amiga seguía viniendo todos los días y cada día me contaba una historia diferente, de esta forma supe que el cornudo siempre es el último en enterarse.
Al final del verano mis amigos me contaron que sus padres la habían llevado al pueblo porque estaba embarazada del soldadito valiente que había acabado la mili y se había ido para su tierra sin dejar dirección…
Como me decía mi maestro tibetano Guan Chun Zong, (Juan para los amigos) se escribe” KARMA”, pequeño saltamontes, pero se pronuncia:
“TE JODES”.
Yo en aquel momento no analicé la situación, pero con la pátina y la serenidad que da el tiempo me ha dado por pensar que aquel fue mi primer polvo y para que nos vamos a engañar, no duró mucho.
La chica supongo que tampoco le fue contando a mucha gente su intensa vida sexual, pero con la ley de las probabilidades en la mano, tengo el 50% de posibilidades de ser el padre de ese niño.
Supongo que un tío alto, fuerte, guapo a rabiar y con mis orejas y mi nariz no hubiera pasado desapercibido en Pamplona, y como nunca nadie me ha dicho nada, tendré que asumir que nunca he sido padre.
Alguna vez de quita y pon, pero eso no cuenta.
Muchos años después en un bar en lo viejo me encontré con la amiga de Raquel y estuvimos hablando, no sé como sabía que nos las habíamos jugado a cara o cruz y me dijo que secretamente siempre había deseado que ese día la moneda nos hubiera emparejado.
Yo, como podréis entender, ya no me creo nada.
Pero eso si, es una de las veces que me han tirado los tejos de manera más elegante…
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Jajaj lo que no te pase ... No dejes de escribir pq lo haces muy bien, lo único jajaj, las historias son muy divertidas y tú las haces súper entretenidas, no cambies Pedrito besitos
ResponderEliminar😚
EliminarSolo diré... "puto Pedro"... 🤣🤣👏🏼👏🏼
ResponderEliminar😛🤗
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